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Publicaciones de JOSE RAMIRO BERTIERI QUINTERO (31)

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Desde el trabajo que desarrollamos en TEAM Ingeniería de Conocimiento, hemos tenido siempre como principio de acción reconocer que existen diversas formas de conocimiento, y que todas estas formas pueden resultar útiles para generar innovación. 

En ocasiones, se tiende a pensar que ciencia y tecnología son sólo los artefactos que la sociedad de consumo nos ha planteado como "indispensables", cuando los medios de comunicación hablan de tecnología se quedan en "la última APP" o en el "último modelo de teléfono móvil"; el ciudadano del común y peor, quienes toman decisiones en empresas, gobierno y academia, terminan cayendo en la equivocación de creer que para innovar solo hace falta compar "el artefacto de moda". Gran error!!!.

De otra parte, existe cierta tendencia a descalificar y desconocer el valor del conocimiento ancestral; o en el mejor de los casos a simplificarlo, reduciendo su perspectiva de valoración casi exclusivamente al ámbito de lo cultural - que no es de menor importancia, por supuesto - pero que al mismo tiempo niega el hecho que nuestro conocimiento ancestral también puede aportar en el desarrollo de soluciones innovadoras en diferentes ámbitos de los negocios, el desarrollo ambiental, las relaciones sociales, la ciencia y la tecnología, entre muchos otros.

Octavio Fajardo me ha compartido un video que ilustra muy bien el uso de conocimiento ancestral en el desarrollo de soluciones tecnológicas sofisticadas, y de como las indígenas de la comunidad Aymara aportan su destreza y técnica de tejido en el desarrollo de dispositivos para corregir enfermedades cardiacas. Sería muy interesante conocer si hay casos similares en otros lugares del Colombia o Latinoamérica ¿conocen casos? bienvenidos todos sus comentarios.

Un video TED del Dr. Franz Freudenthal quien trabajó en el desarrollo de esta tecnología

Usted también puede compartir contenido en nuestra red, entérese como en http://www.innovacionabierta.com.co/profiles/blogs/como-sacarle-mejor-provecho-a-la-plataforma-open-innovacion-abier

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El el último número del magazín Universia Knowledge@Wharton encontramos un artículo que reseña una investigación realizada teniendo como objeto de estudio las condiciones de tráfico de Bogotá, Colombia.

Se resalta de este artículo como tanto en su conclusión como en sus argumentos, se señala la necesidad de hacer una gestión del transporte público que vaya mucho más allá de emitir e implementar normas como la de los cobros por congestión; el investigador plantea el concepto del "coste social de la congestión" para explicar que de alguna manera, aunque "el trancón" parece un gran problema, no lo es tanto o por lo menos, no tanto como para que la gente esté dispuesta a pagar por salir de ese problema.

Dentro de las afirmaciones que se encuentran en el artículo, destacamos: deberíamos tomarnos más en serio la disposición de las carreteras en las ciudades en desarrollo como Bogotá, donde la cantidad de carreteras puede ser altamente insuficiente

Y quizás las más importante: debemos pensar muy seriamente en la gestión del tráfico de forma mucho más seria de lo que lo hemos hecho hasta ahora...Los planificadores urbanos, economistas y funcionarios locales electos a menudo se burlan de los ingenieros de tráfico cuyo trabajo consiste en maximizar el flujo de los atascos de tráfico en las intersecciones. A pesar de que hay un elemento de derrota personal en esta misión, ya que la mejora del tráfico en un solo lugar genera su empeoramiento en otro, hay que tomar eso más en serio y sumar a esta pregunta otros elementos de la política de transporte urbano...

Se observa cómo; el problema del tráfico en Bogotá está siendo utilizado en este caso por la Universidad de Pensilvania como objeto de estudio para resolver el problema a nivel global, incluso con perspectiva de lo que será el uso de vehículos autónomos en el futuro; este es un llamado a nuestros investigadores para que entiendan que nuestros problemas - de investigación - son al mismo tiempo oportunidades para trascender en la escena global.

Nota al margen: el investigador menciona de forma general: En las encuestas sobre el uso del tiempo, cuando le preguntamos a la gente qué es lo que menos les gusta en su vida, suelen mencionar los atascos en primer lugar. Sorprendentemente, mencionan el cuidado de los niños junto con las tareas domésticas en segundo lugar… vale la pena la reflexión ¿Qué futuro tiene una sociedad que considera el cuidado de los niños como una actividad desagradable o al menos tan desagradable como los trancones de la ciudad?

Para leer el artículo completo acceda a este enlace

 

José Ramiro Bertieri Quintero -

Sígueme en Twitter: @rbertieri

Un video complementario del autor del artículo

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Este escrito puede que no tenga que ver nada con el objetivo de este portal, o puede que sí en la medida que busca mover a la sociedad para no dejar pasar el problema de la violencia y sobre todo el problema de querer justificar y legitimar a los violentos, bienvenidos sus comentarios.

Ha trascendido en el debate público la situación de la periodista Andrea Guerrero y su queja por la convocatoria a la Selección de Fútbol de Pablo Armero, quien se vio involucrado en un serio episodio de violencia intrafamiliar. Y ha trascendido porque por cuenta de su queja, esta periodista ha tenido que soportar una andanada de insultos y amenazas, varios de ellos señalándola de racista (absurdo, pero así es), de"enemiga de la selección", cuestionan aspectos de la vida personal de ella y su familia para deslegitimar su argumento y lo peor, utilizan expresiones misógenas para responder sus reclamos.

Con base en eufemismos se indica que no es justo el reclamo de la periodista porqué: "la esposa de Armero ya lo perdonó", "Armero hizo varios pases buenísimos", "lo mas importante es la Selección e ir al Mundial". Respetando argumentos, creo sinceramente que hay límites a lo que una sociedad puede tolerar en materia de violencia y que no conviene "revolver peras con manzanas" en este asúnto.

La cosa es así:

  • La situación de cualquier persona con su pareja es parte de la vida privada, eso no se juzga a menos que trascienda lo público, si la esposa lo "perdonó", allá ella pero no es parte de la discusión la forma en como Pablo Armero y su esposa resuelven sus conflictos. !Para bien o para mal¡
  • El reclamo de Andrea Guerrero es legítimo, una Selección puede (o debe) no sólo ser de "buenos jugadores" sino de buenas personas, y hay antecedentes; Albeiro Usuriaga no fue al mundial de Italia 90 por temas de su conducta personal, a Hernán Darió Gomez lo sacaron de técnico por agredir a una mujer; ahora bien, el reclamo de Andrea Guerrero se puede quedar solo en eso, el técnico y la Federación deciden si prestarle atención.
  • Dicho lo anterior, no hay ningún motivo para justificar que unos muchos (no pocos) desgraciados se sientan con derecho a insultar y amenazar a quien expresa su opinión en defensa de una causa por demás justa, de verdad ¿es más importante el fútbol que defender la NO violencia en las familias? !Absurdo¡ Y es que el reclamo de Andrea Guerrero no es por que Armero agredió a su esposa, es porqué habiendolo hecho y habiendo resuelto su situación judicial (y supuestamente, también la familiar); su llamado a la Selección de fútbol contradice la lógica con la cual se han afrontado casos similares; y claro, al menos a ella como mujer le ofende que Armero sea parte de ese "símbolo patrio" llamado Selección Colombia.

Los cambios en la sociedad se dan por cuenta de diversos factores, pero hay dos especialmente poderosos; uno, el liderazgo; y dos, el poder. He visto las expresiones de rechazo a la violencia contra Andrea Guerrero de muchos periodistas, pero no he visto ninguna expresión similar de parte de los patrocinadores de la Selección de Fútbol, ni de la Federación; ¿se sentirán cómodas empresas como Bavaria, Adidas, Servientrega, Movistar, Caracol Televisióny la misma Federación de Fútbol con todo este incidente? Revisé las cuentas de Twitter de algunas de estas empresas y encontré muchas menciones al triunfo de la Selección pero ninguna mención respecto del matoneo contra Andrea Guerrero ¿cómo debe interpretarse su silenció? ¿para estas empresas también es mas importante el fútbol que la NO Violencia? Ellos tienen el poder de movilizar la opinión y no cohonestar con los violentos ¿porqué no lo hacen?

Considero que una sociedad tiene oportunidad de mejorar cuando hay capacidad de reflexionar sobre las conductas y posturas que se asumen, a mí me encanta el fútbol, trabajé y pude sacar adelante mi universidad gracias al fútbol, pero no creo que para defender a la Selección de Fútbol y lo que representa, debamos caer en la falacia de creer que es mas importante poner al fútbol por encima de valores como la NO Violencia, el respeto a la libre expresión; y menos, el respeto y equidad entre hombres y mujeres.

Personalmente digo #NoJustificoViolencia y por eso este martes no veré el partido por televisión, no me pondré mi camiseta de la Selección, y en adelante evitaré adquirir productos de las empresas que cohonestan con su silencio con todas estas formas de violencia #ElFutbolNoesTodo

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Circuló - más lamentablemente trascendió poco - la noticia relacionada con los recursos de regalías para ciencia y tecnología, según la cual la Directora de Colciencias, Yaneth Giha manifestó en la reunión de Rectores de ASCUN que hay “represados” 1,5 billones de pesos, por falta de “buenos proyectos” (El Espectador, 27 de Octubre de 2016).

Insisto, es lamentable que por cuenta de referendo, Nobel, selección de fútbol, polarización política y otras muchas noticias, este asunto haya pasado prácticamente desapercibido tanto para los medios de comunicación como para la ciudadanía; inclusive la comunidad científica hizo poco eco de este asunto.

En aras de mantener vigente y abierto el debate, me permitiré compartir algunas apreciaciones y lanzar algunas ideas, espero que algunas de ellas lleguen a la Dirección de COLCIENCIAS y/o a las personas responsables de la ejecución de estos recursos en las regiones.

¿Qué está fallando en la ejecución de recursos regalías CT+I? hay muchas carencias del Sistema de Ciencia y Tecnología, especialmente en las regiones; que se hacen evidentes en este proceso. La principal – en mi percepción – es que en este país todavía tenemos una apropiación muy pobre de lo que es el conocimiento en sí mismo y como factor de progreso. Hace más de 10 años se planteaba para el caso de Bogotá – Cundinamarca: “La peor desventaja que llevamos es la mala comprensión que de la ciencia y la tecnología tienen nuestros políticos, nuestros empresarios y en general nuestros conciudadanos, nacida en buena manera de los pésimos cursos de ciencias que tuvieron en el colegio” [Villaveces Cardozo, J.L, et, al; 2006] . Poco ha cambiado en relación con esa mala comprensión; pero ahora, muchas personas que prácticamente nunca en su vida han realizado una tarea de carácter científico, deciden sobre el presupuesto para CT+I.

La reforma a las regalías fue bien intencionada en lo que se refiere a CT+I, pero sus procedimientos han degenerado en una falacia; se supone que cualquier persona puede presentar proyectos, pero en la práctica en la mayoría de Municipios y Departamentos la selección de proyectos se hace de forma amañada, con los amigos del gobernante o con invitaciones cerradas a instituciones que tienen más capacidad de lobby que de investigar o innovar. Así, la primera explicación de ¿por qué no llegan buenos proyectos?, es porque las personas e instituciones que sí tienen capacidad de investigar e innovar  de verdad no tienen o no les interesa enredarse en las lógicas de la politiquería, el “lobby” y menos en otro tipo de prácticas “menos santas”. Muchos que han planteado o formulado buenos proyectos se han quedado en el camino, porque algún funcionario – sin siquiera escuchar o leer – decidió que no era relevante o “no era estratégico”, el poder que tienen los Secretarios de Planeación de los Departamentos para vetar o impulsar uno u otro proyecto, no le hace bien a la consolidación de Sistemas Regionales de CT+I. 

Conectando con lo anterior, hay que decir que hay problemas estructurales en el proceso de evaluación de proyectos; con los páneles de evaluación de proyectos se abrió la opción de hacer una defensa de los mismos en una lógica más asertiva que la evaluación por pares; sin embargo, cuando se hace una lectura de títulos e información de proyectos aprobados en la aplicación Mapa de Regalías (http://maparegalias.sgr.gov.co) es notorio que hay mucho “colado” con proyectos que no tienen coherencia entre título, alcance, resultados y logros. Es un proceso de aprendizaje, conectar las lógicas de la gestión de proyectos; la administración pública; y la ciencia, no es una tarea sencilla; muchos proyectos de investigación - en donde se busca comprobar o rechazar hipótesis – son subvalorados por que “solo aportan conocimiento” (como si fuese poco); muchos proyectos que buscan crear estructuras para la CT+I carecen de verdaderos análisis de sostenibilidad financiera futura.  

Los programas de becas y apoyos en formación doctoral - en un país que no tiene claro ¿para qué los doctorados? – se quedan en costos de matrícula y sostenimiento, con unos aportes muy pequeños para proyectos; con esta práctica, corremos el riesgo que buena parte de este talento que se está formando con nuestros recursos, muy pronto emigre a otros países donde tengan la opción de recibir la financiación que su trabajo requiere; ni las universidades – en su mayoría – ni las empresas, están en condición y disposición de absorber la oferta de doctores que se están formando actualmente. En la academia es común encontrar que se contratan doctores solo para “mostrarlos” en los procesos de acreditación y agobiarlos con 20 o más horas de clase a la semana (¿a qué horas van a investigar?); en las empresas - ni siquiera en las más grandes - hay la suficiente madurez para generar valor a partir del conocimiento de frontera, de nuevo aflora la mala comprensión que tienen de la ciencia nuestros gerentes y directivos, de empresas y universidades.

Otras Carencias Estructurales del Sistema: Otras falencias del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y de la gestión de proyectos de regalías están asociadas a carencias estructurales, a riesgo de caer en lugares comunes, mencionaré algunas:

  • La “fraternidad” o “amiguismo” por encima de la calidad o el rigor: esto se hace evidente en las sesiones de formulación de planes departamentales de CT+I y en algunas convocatorias de proyectos. Los investigadores y las instituciones se alían para estructurar proyectos más por conveniencia y/o fraternidad, que por un verdadera valoración de las competencias y habilidades; se trabaja con el “compinche” no necesariamente con quien genera más valor o es más competente; este comportamiento que parece un factor común de nuestra cultura – no exclusivo de los actores de CT+I – se ve acentuado por esa condición de poder que como ya mencioné antes, tienen quienes deciden o vetan proyectos  en Departamentos o Municipios; ¿para qué calidad científica cuando lo que vale es ser amigo del Secretario, Gobernador o Alcalde? ¿Quién dedica tiempo a formular un buen proyecto si sabe que lo de menos es la calidad del mismo? y cuando las cosas fallan o requieren ser ajustadas ¿con qué independencia, objetividad y ética se exigen resultados a los “compinches”?

 

  • Debilidad en la planeación y la visión prospectiva: hace unos 10 años se impulsó desde COLCIENCIAS, algunos ministerios y otras entidades nacionales y regionales la realización de planes regionales y sectoriales de CT+I; muchos de estos planes se quedaron en documentos y/o en algunos casos se plantearon acciones marginales que no lograron consolidar inversión, políticas y trabajo conjunto para consolidar clústeres, nichos o “sectores prometedores” [Boekholt, 2016]. Las carencias en orientación estratégica de los Sistemas de Innovación tienen conexión tácita con las debilidades que desde el mismo DNP se han hecho visibles en cuanto a la capacidad de nuestros gerentes: “La calidad gerencial de las Pymes en Colombia ocupa el último lugar en Suramérica y es similar al de Kenia y Nigeria. Además, los empresarios tienen una percepción muy alta de sus capacidades” [Mejía - DNP, 2016]. En nuestras organizaciones, la planeación se realiza – en el mejor de los casos – con una lógica retrospectiva, mirando el desempeño de años anteriores, y  muy poco analizando tendencias, comportamientos económicos de largo o con base en escenarios de mediano – largo plazo.

 

  • Aversión al riesgo: investigar e innovar implica asumir apostar por lo incierto, gestionar el riesgo para reducir la incertidumbre, concretar resultados pero sin perder la vista de las oportunidades que surgen en el proceso, esto requiere abordar los análisis con una perspectiva sistémica; sin embargo, nos quedamos en pequeñas iniciativas, apostamos por las ideas que ofrecen “resultados concretos”  o “replicar experiencias de otros” aun cuando esto signifique estar siempre rezagados en la frontera del conocimiento o la innovación. Asumir riesgos no es solo una cuestión de asignar recursos, se trata de creer y confiar en la gente, ver las oportunidades, y tomar decisiones cuando así se requiere.

 

  • El no reconocimiento al talento y capacidad local: no es malo aprender y apropiar las experiencias foráneas, pero de verdad causa desilusión ver como en este país se le “come cuento” a cualquier extranjero solo por el hecho de ser extranjero. Cada semana nos visitan expertos, consultores, o investigadores, gastamos montones de recursos en viáticos, honorarios y atenciones para que estas personas nos cuenten “el estado del arte” en ciencias, estrategia o gestión. ¿Cuándo empezaremos a reconocer que en este país “hay vida inteligente”? Reitero; las experiencias foráneas sirven como marco de referencia, pero para es que tanto conocimiento foráneo en muchos casos “es caro y no sabe a bueno” ¿para qué nos gastamos recursos en formar investigadores y doctorados si al final no les vamos a creer?

En fin, nuestras carencias dan para un análisis más extenso y juicioso; prefiero no quedarme en la mirada negativa y hacer una pequeña contribución con propuestas para que COLCIENCIAS y en general los actores del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, puedan concertar y concentrar esos esfuerzos que permitan generar valor público a partir de esos recursos que hoy parece no tienen cómo ejecutarse; lanzo este listado de temas que de antemano sé que no es completo, pero seguramente los lectores podrán complementar en la lógica de “construir conocimiento de forma colectiva”:

  • El cambio climático más allá de lo ambiental: si bien lo investigación en temas ambientales no solo es tarea necesaria, también lo es el desarrollo de soluciones para problemas derivados de todo lo que implica el calentamiento global. Hace poco menos de un año estábamos atravesando una de las peores sequías; este año hemos experimentado un incremento significativo en costos de vida por incremento en precios de alimentos; no solo no estamos preparados para atender emergencias, sino que somos vulnerables pues nuestra infraestructura y hábitat han sido diseñados sin considerar el impacto de eventos climáticos extremos; al paso que vamos, pronto veremos cultivos tropicales en las zonas que antes eran de clima frío y ya no habrá donde cultivar papa, cebolla o zanahorias.  Todas estas situaciones están conectadas con el cambio climático; la adaptación va más allá de la atención de emergencias o la preservación del agua. Se requieren de grandes programas de I+D+I en este tema, con las particularidades de cada región, pero siempre teniendo en cuenta la perspectiva sistémica que demandan intervenciones que en este caso tocan cuando menos a la ciencia, la educación, la política, y la cultura.

 

  • Competir en la cuarta revolución industrial: ya en muchos países se habla de la gran cantidad de empleos que se perderán por cuenta del uso masificado de tecnologías como la impresión 3D, big-data, Internet de las Cosas, y otras más. Desde luego, en la lógica de la destrucción creativa, este escenario configura nuevas oportunidades. En nuestro país estos temas no pasan de ser “cuestiones exóticas”, temas de unos cuantos loquitos que juegan con tecnologías; estamos “sumamente ocupados” atendiendo los problemas del día a día o esperando que nos lleguen esas “nuevas tecnologías” para consumirlas de forma acrítica; olvidándonos que estos desarrollos se basan fundamentalmente en lógicas como la gestión del conocimiento, el acceso abierto, y en general en tecnologías blandas sustentadas en capacidad individual y colectiva para crear nuevos objetos de conocimiento, basados en la gestión de activos intangibles. Este es un escenario de oportunidad, donde las limitaciones por falta de recursos físicos, tecnología o capital, se suplen con talento; talento que ciertamente aquí sobra pero que necesita orientación.

 

  • La transformación de un tejido productivo incapaz de competir: suena duro, pero es real; existen según CONFECÁMARAS mas de 2,5 millones de PYMES en nuestro país; sin embargo, aquellas que incorporan más valor están concentradas en Bogotá – Medellín – Cali – Barranquilla; en las regiones, los empresarios son fundamentalmente comerciantes que ya enfrentan la llegada de cadenas extranjeras y grandes superficies que compiten con precio, calidad, promoción, etc. Las encuestas de innovación realizadas por el DANE en los últimos 10 años muestran como el número de empresas innovadoras se ha ido reduciendo año a año, lo cual es muy grave si se tiene en cuenta que desde tanto desde la esfera pública y privada se promueve - con discurso y con recursos, así sea pocos – la innovación y la competitividad; causa preocupación escuchar a algunos gremios diciendo que sus empresarios asociados “necesitan convencerse de que innovar es importante”, como dice la famosa propaganda, están en el lugar equivocado. Si le sumamos las debilidades de la gerencia que cita el DNP  y los efectos de la cuarta revolución industrial que antes mencionamos, el panorama para preocuparse y en serio; se deben tomar cursos de acción que de verdad lleven a que nuestro tejido productivo y sobre todo la gente que ahí trabaja sea competente y competitiva.

PD – Un billón y medio de pesos es muy poquita plata para cualquiera de estos temas; hay talento y capacidad de sobra para abordar grandes programas de I+D+I como los que aquí se plantean; pero necesitamos comprometernos e involúcranos; un liderazgo compartido que rompa con la costumbre muy nuestra de “espera que otros hagan”, y sobre todo salirnos un poco de los pírricos debates de izquierdas y derechas, Santos y Uribes, James vs Zidane, y otros tantos que nos distraen de lo verdaderamente importante, pasar de las buenas intenciones a la ejecución.  

Me excuso por la extensión de este escrito, que esperaba fuese más corto, gracias por su lectura, difusión y aportes.

 

José Ramiro Bertieri Quintero

Ing. Industrial – Ms Sociedad de la Información y el Conocimiento

Socio SubGerente TEAM Ingeniería de Conocimiento Ltda.

 

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El trabajo de TEAM Ingeniería de Conocimiento y nuestra plataforma OPEN Innovación Abierta se mantiene en una lógica de neutralidad política, somos por definición, incluyentes, respetuosos, y permanentes exploradores de opciones que le permitan a  este país ser cada día mejor. Sin embargo, no somos ajenos a los hechos y circunstancias que afectan nuestro entorno, mas aún aquellos que como el acuerdo que hoy se ha terminado de negociar entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, afectan a toda la nación.

La coyuntura de este proceso plantea que estos acuerdos serán sometidos a votación popular, entendemos que esta situación está afectada de forma sustancial por factores que inciden en la percepción de la población respecto de la conveniencia, legitimidad, legalidad y reales efectos de la aprobacion o improbación del acuerdo. Y un asunto de fondo es que la decisión de los ciudadanos estará en escencia permeada por dicha percepción.

La canción "Según el color" de Willie Colón y Ruben Blades recita:

Dicen Chucho, Jacinto y Ramón  que la cosa esta que arde,  
dicen que la situación  no esta buena para nadie.   
Pero Pablo, Felipe y Simón  no salen de fiesta y baile,  
y exclaman con emoción  la cosa esta mejor que antes.  
"Todo es según el color del cristal con que se mira"

La percepción sin ilustración suele llevarnos a engaño, y lo que está en juego amerita - en nuestra opinión - incorporar y construir la mayor dosis de conocimiento posible, a fin de que la decisión que tomen los ciudadanos de este país sea cuando menos consciente.

Nos enfrentamos entonces a un problema típico de gestión de conocimiento, cada uno de nosotros tiene fragmentos de información, tiene su opinión, y puede aportar en la construcción de nuevas ideas, argumentos, y elementos de decisión. Nuestra organización cuenta con una plataforma donde hay registradas mas de 7000 personas, pero la plataforma sin contenido carece de capacidad para construir ese conocimiento que a nuestro juicio se requiere para entender mejor los acuerdos.

Por todo lo anterior, extendemos una invitación a nuestros suscriptores a que entre todos - con respeto y en lo posible sin resentimientos o prejuicios - ayudemos a conocer y entender mejor los alcances e implicaciones del acuerdo con las FARC. De entrada compartiremos el enlace de la información oficial (sí,la que publica el gobierno) como punto de partida de la discusión, sin asumir ninguna postura; simplemente como una forma de acercar a nuestra comunidad a esa información; e iniciar un camino de construcción colectiva de conocimiento.

Gracias por todos sus aportes

Atentamente

Ing. JOSE RAMIRO BERTIERI QUINTERO

En este enlace la información tomada de la web de la Presidencia de la República

http://especiales.presidencia.gov.co/Documents/20160622-acuerdo-cese-fuego-dejacion-armas/acuerdo-cese-fuego.html

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Trascendió en los últimos días la noticia según la cual el Alcalde Enrique Peñalosa, a pesar de haber hecho gala de su título de Doctorado durante años, no cuenta con esta titulación; así lo plantearon Juana Afanador y Carlos Carrillo en su columna del El Espectador; y aunque el Alcalde se ha esforzado en negar que alguna vez el haya hecho mención a ese título, lo cierto es que no solo lo ha hecho (en sus libros y en entrevistas) sino que ha sido cuando menos displicente a la hora de solicitar que se corrija esta información, cuando la mención viene de terceros.

En el Diario La República, aparece este 12 de abril una nota que presenta algunos datos sobre el número de Doctores que existen en el país y hace énfasis en los niveles de formación de políticos, ministros, y directivos de empresas. Lamentablemente esta mal llamada "investigación" - así la denomina el mismo periódico - en vez ayudar a tener una mejor comprensión del tema, termina por introducir una confusión mayor; que lleva a pensar que en este país, no solo no hay doctores, sino que no se tienen ni idea ¿para qué los doctorados?

Se presentan aquí 10 preguntas y respuestas que pueden ayudar a nuestra comunidad y al ciudadano del común a entender que es y para qué sirven los estudios de doctorado – ojalá los periodistas también las lean.

1)      ¿Qué es un doctorado? Quizás la mejor descripción de ¿en qué consiste un doctorado? la ha realizado el profesor Matt Might de la Universidad de UTAH en su página "The illustrated guide to a Ph.D." (aquí una traducción al español Por Ismael Peña-López), de forma resumida hay que decir: i) un doctorado es un tipo de formación para personas que quieren dedicarse a hacer investigación, que quieren profundizar en un tema pero sobre todo desarrollar una competencia avanzada como científicos; ii) las investigaciones en un doctorado, normalmente son bastante específicas, esto significa que un Doctor en Química obtiene el título por su trabajo específico sobre una molécula o un conjunto dentro de los millones de moléculas que existen; un Doctor en Biología, trabajará sobre una o unas pocas especies de organismos, o en un ámbito muy específico  de ellas (ej: alimentación, hábitat), o en Ciencias Sociales, en el análisis de un fenómeno social o una comunidad. Los estudios que una persona realiza para graduarse de doctor son importantes, porque hacen una pequeña pero valiosa contribución al conocimiento que la humanidad posee sobre un tema muy específico.

 

2)      ¿Para qué sirve hacer un doctorado? Fundamentalmente, para dos cosas; i) para aportar en la construcción de conocimiento científico, y ii) para formar(se) en la disciplina de la investigación científica. En conexidad con lo anterior hay algunos resultados de ese proceso; que sin ser los primordiales, en los últimos años se ha optado por darles una relevancia si se quiere exagerada, esto es las publicaciones, patentes, ponencias en eventos y otros llamados resultados de investigación. De tal forma que quien realiza un doctorado normalmente incluirá en su rutina – al menos, durante el tiempo que duren sus estudios – bastante trabajo de lectura; recolección, procesamiento y análisis de información; aplicación de técnicas de análisis, creación y/o diseño; redacción de documentos, y presentación en eventos. Al estar inserto en una comunidad científica, quien realiza un doctorado tiene oportunidad  de construir lazos de fraternidad con otros investigadores, de ahí surgen conexiones que luego pueden evolucionar a redes de investigación, que potencian el aprendizaje y la movilidad de saberes.

 

Las salidas profesionales de un doctorado dependen en mucho del entorno en cual se desarrolla el programa y la vocación de la persona; en todo el mundo, la salida más común es la de continuar su trabajo de investigación, ya sea en universidades, centros de investigación o en áreas de I+D de empresas; en los países en desarrollo son pocas las empresas que hacen I+D por tanto la vinculación de los doctores se da casi exclusivamente a universidades. Muchas personas con doctorado optan por ejercer como consultores, su título les confiere “ventaja comercial” pues contribuye a su marca personal; un doctorado contribuye razonablemente a formar consultores pues se trata de servicios basados en conocimiento. Para efecto del desempeño de cargos públicos, en efecto un doctorado puede valorarse positivamente, pero no es un requisito único ni suficiente; sería significativo si además de ser pertinente al área de desempeño está acompañado de otro tipo de experiencia y resultados como publicaciones, participación en grupos de investigación, entre otros factores.

 

3)      ¿Una persona con doctorado es un experto? En principio, se considera como un conocedor de un área muy delimitada de conocimiento, es decir; un doctorado en biología no necesariamente puede considerarse un experto en las ciencias biológicas, al menos no se convierte en experto por su doctorado, es posible que esta persona sume a sus estudios doctorales, estudios y trabajos previos, otro tipo de conocimiento diferente al científico (empírico, ancestral), que inclusive le podrían otorgar ese carácter de experto aun cuando no tenga doctorado. Se tiende a generar confusión por que la denominación de los programas es genérica (doctorado en ciencias sociales, doctorado en ingeniería), esto obedece más a una cuestión administrativa relacionada con el registro de estos programas ante las autoridades de cada país.

 

4)      ¿Qué competencias o habilidades NO se desarrollan en un doctorado? Aunque algunas instituciones universitarias y de investigación se valora positivamente aspectos como el liderazgo o la actitud emprendedora de las personas a las que admiten en un doctorado; lo cierto es que en un doctorado no forma gerentes o directivos (ni siquiera uno en Administración), no se forma líderes políticos o de otra naturaleza, no forma emprendedores; tampoco se forma en habilidades técnicas o artísticas (ej.: desarrollo de software, diseño, interpretación musical). Un programa de doctorado suele ser exigente en el conocimiento de métodos de investigación propios de cada disciplina y de la orientación epistemológica de la institución que lo imparte; no es común que tengan asignaturas o cursos donde se evalúen competencias de tipo práctico, e inclusive algunas entidades no aceptan que se realicen tesis de doctorado como trabajos de aplicación en una organización en específico. No hay razón para suponer que un doctorado hace a una persona hábil en la gerencia o dirección de organizaciones, ni siquiera en las que se orientan a labores de investigación o educación.

 

5)      ¿El Doctorado es el máximo grado o logro académico que puede obtener una persona? El Doctorado tiene un valor relativo, de una parte porque es una tipología de formación orientada a la investigación, entonces para una persona cuyo proyecto de vida está enmarcado en lógicas donde contar con habilidades científicas no sea determinante; un doctorado será más un logro personal que una referencia para la sociedad o su entorno; es el caso de los empresarios, se sabe que varios de los más reconocidos abandonaron la universidad; o de los artistas, en donde el talento innato o desarrollado pesa más que el título académico; ni hablar de los poseedores de conocimiento ancestral para quienes el título académico es insignificante, pues son herederos de una tradición. Además; para quien gusta del trabajo científico, hacer un doctorado también es opcional, perfectamente una persona podría optar por dedicarse a la investigación sin matricularse en una universidad; es más una cuestión de vocación y acceso a recursos.

 

6)      ¿El Doctorado es un título nobiliario o hace a una persona más digna de reverencia? En los países desarrollados; el doctorado determina el inicio de una carrera profesional de investigación, de tal manera que se espera que una persona luego de hacer su doctorado continúe durante muchos años aportando al conocimiento científico con proyectos, en la docencia, o en la aplicación práctica de su conocimiento; un buen ejemplo de este imaginario lo representa el personaje Dr. Reid de la serie de televisión Mentes Criminales, quien es descrito como un genio, joven, con dos doctorados; pero su trabajo se centra en su habilidad para procesar gran cantidad de información y abstraer relaciones entre datos que permitan perfilar casos criminales.

El doctorado es el inicio de una carrera y parte de un proyecto de vida; lamentablemente, en contextos marcados por el colonialismo se tiende a creer que un título de doctor amerita la mayor consideración, si bien es cierto obtenerlo es normalmente resultado de un gran esfuerzo y dedicación, convendría revisar por ejemplo la obra de dicho "doctor" después de obtener su título y ver así qué tan significativa es su contribución a la ciencia; buena parte de quienes obtienen un doctorado no vuelven a hacer ninguna investigación.

 

Un factor que genera distorsión en lo que podríamos llamar una “supra-valoración” del título de doctorado es la formalidad con la cual las universidades, en especial las de España; asumen procesos como la defensa de la tesis doctoral y la entrega del diploma. Pero esa formalidad, es solo eso, una cuestión de forma, que el diploma de doctor en España sea firmado por “Su Majestad el Rey” no necesariamente lo hace más valioso que el diploma de alguna de universidades menos formales donde el diploma es enviado al correo electrónico en formato PDF.

 

7)      ¿Tienen valor los títulos honoris causa? Un grado o título “honoris causa”, es un reconocimiento que hace una institución a una persona, por cuenta de su trayectoria, obra o mérito. Normalmente no tiene valor legal ni es reconocido por las autoridades e inclusive algunas instituciones que lo otorgan optan por no incluir la palabra “Doctor” simplemente “grado” ¿Cuál grado? No se explica ni se hace equivalencia. Lamentablemente, se han observado muchos de casos de crasa corrupción en donde se hace uso de este tipo de reconocimientos para acceder a cargos públicos o contratos; también son conocidos casos de personas vinculadas especialmente a organizaciones educativas que se auto-confieren títulos o que participan de falas redes científicas en donde se trafica con titulaciones o se hacen reconocimiento de títulos en el extranjero que luego valiéndose de artimañas hacen ver cómo legales. Es pertinente y necesario hacer la diferenciación, pues se tiende a incurrir en errores como lo hace el Diario La República  en su nota al mencionar a quienes tienen “titulo(s) honoris causa” como si fuesen doctores.

8)      ¿Son válidos los certificados de estudios intermedios en un doctorado?  De nuevo, esto tiene un carácter relativo; en algunos programas de doctorado se acostumbra a otorgar un “certificado de estudios avanzados” (como el que supuestamente ostenta el Alcalde Peñalosa) cuando la persona termina la etapa lectiva y/o presenta su propuesta de investigación; estos certificados normalmente no tienen una correspondencia legal con un título y de hecho no son un grado; menos en un doctorado donde la etapa de investigación normalmente representa la mayor parte del tiempo de duración del programa y tiene casi todo el peso en la obtención de título. Tener un “certificado de estudios avanzados” bien puede significar que una persona tiene o tuvo en el pasado la intención de hacer una investigación pero aún no la termina o nunca la llevó a cabo. Algunas universidades han optado a cambio del mencionado certificado por conferir un título de maestría a quien culmina esa etapa lectiva del doctorado.

 

9)      ¿Por qué es importante para un país tener programas de doctorado y personas con este tipo de formación? Porque estas personas están preparadas y se supone orientadas a hacer investigación, son las primeras llamadas a generar avance científico que permita construir progreso y desarrollo en sus diferentes formas (económico, social, intelectual); y esto es importante, porque está demostrado que la ciencia y la tecnología son un factor preponderante para el progreso de una nación. Tener un título de doctor lleva implícita una responsabilidad social de contribuir con dicho progreso desde el trabajo científico, pero es precisamente el trabajo y sus resultados lo valioso para la sociedad, no el título de una persona.

 

10)  ¿Qué daño puede causar  el llamar “doctor” a quien no tiene título de doctorado? el conferir un título de facto a una persona que no ostenta esa condición es un engaño, más aún cuando este título confiere cierta ventaja o “posición dominante”. Esta práctica denota y favorece la “ley del menor esfuerzo”, y conlleva a la pregunta lógica ¿para qué esforzarse durante años buscando un título que otros obtienen de facto?, existen en las organizaciones académicas diversas prácticas que están asociadas a este fenómeno; que van desde personas que agregan las letras “PhD” a su firma cuando todavía están en proceso de obtener el título, otras como el imponer a los funcionarios llamar “Doctor” a los docentes, sin importar si tienen no ese título, y hasta la costumbre de llamar “doctor” (en serio y en broma) a los estudiantes de Derecho desde primer semestre; todas estas son formas de engaño; que conducen a la mediocridad.

 

Afirman en diversos foros de debate que “la Universidad es reflejo de la sociedad”, quizás en este asunto sea la sociedad la que refleja las malas prácticas que en las universidades son comunes; es cierto que los antiguos diplomas de Medicina y Derecho acostumbraban a incluir la palabra doctor – aun algunas universidades lo hacen – y eso era socialmente aceptado pero hoy la diferencia en el ámbito académico que debería ser clara, parece más bien difusa y no parece haber un cambio de cultura en los espacios académicos que determine una certera valoración del título de doctorado.

Es normal para el ciudadano del común llamar “doctor” a quien ostenta cierto poder sobre él, más que una expresión de respeto es un producto de la ignorancia que incluso se asocia con formas despectivas, al fin de al cabo “doctor se le dice a cualquier...”

 

 

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Era un código de la infancia; el "dueño del balón" tenía ciertos privilegios, podía escoger el equipo y no ser excluido del partido, aún cuando no fuese el jugador "mas competente", y el juego duraba hasta que él decidía. No siempre el "dueño del balón" hacía uso de esos privilegios, pero a aquellos que en su posición dominante se comportaban de forma mezquina, mas temprano que tarde el grupo les enrrostraba su mala conducta.

La posición dominante del dueño del balón se agotaba cuando había otros "competidores" o cuando de forma solidaria, grupos de personas hacían "vaca"[1] para comprar un balón que no fuese de nadie y al mismo tiempo de todos. En ocasiones, la abundancia recursos atentaba contra el espíritu del juego; cada cual con su balón pero sin equipos para jugar. 

La anterior remembranza nos sirve para tratar de entender y analizar la situación que se viene presentando por el conflicto entre empresas dueñas de los derechos de transmisión de partidos de fútbol tanto de la Selección Colombia como del Campeonato Colombiano y que desenlace puede tener.

La situación

El periodista Omar Rincón describe en buena parte la situación. Está el caso del Canal WinSport y sus acciones para impedir la circulación de contenidos del Fútbol Profesional Colombiano, llegando inclusive a pedir el cierre de cuentas en redes sociales de varios usuarios, lo cual desató un protesta en Facbook y Twitter. De otra, está la pelea entre Caracol Radio y Caracol Televisión, empresas que "en otra época eran mellizas, ahora son rivales"; este conflicto que va mas allá de los derechos de transmisión; sí determinó que Caracol Televisión le negara a Caracol Radio y solo a esta empresa, la opción de transmitir los partidos de la Selección Colombia, como antecedente es bueno mencionar que en determinado momento se habló que Caracol Televisión prohibiría o cobraría derechos a los negocios que emitieran sus partidos para atraer público.

Los límites entre lo legal, lo ético y lo estratégico

No hay mayor discusión en relación con los derechos legales que le asisten a estas empresas de  hacer valer la titularidad que tienen sobre esos contenidos; excepto, en el caso de Caracol vs Caracol, donde pudo configurarse una práctica de competencia desleal pues la restricción fue únicamente para una empresa, esto lo tendrán que resolver los jueces; pero hay aspectos mas allá de lo legal que vale la pena analizar, como ya hemos planteado en otra entrada del blog los temas de propiedad intelectual no son "asunto exclusivo de abogados".

En primer lugar, hay una cuestión ética que no es de menor significancia; si bien estas empresas son dueñas de los derechos de transmisión de los partidos o de un producto llamada "Selección Colombia", nunca serán "dueñas del fútbol" menos de la identidad del país con un equipo, y menos del sentimiento de los fanáticos mas fanáticos. Estamos hablando de pasiones y emociones; y así como de "el amor al odio hay solo un paso", las reaccion de los hinchas (consumidores de estos contenidos) no son positivas, y no lo son por que en su jucio distinguen lo bueno y lo malo y sienten que WinSport y Caracol Televisón imponen limitaciones al disfrute de una entretención que hasta ahora no existían. Tal como lo describe Carolina Botero - columnista de El Espectador - esta postura puede terminar por dañar la reputación de estas empresas, sobre todo cuando están buscando ampliar su negocio con la venta de contenido en Internet ¿como le dices a alguien que compre tus contenidos, que siga tus cuentas en Twitter pero no se te ocurra compartir una jugada de un partido o imagen de los mismos por que serás perseguido? ¿Quieren estas empresas que todos alquilemos su balón y pero que juguemos solos?.

En segundo lugar, hay un asunto de orden estratégico; tal parece que los ejecutivos de empresas tan grandes no se han enterado que la innovación en el mundo moderno es por definición abierta; mas aun en negocios como la televisión o la difusión de contenido en Internet. Tampoco parecen comprender que su producto (Futbol Colombiano o Seleccion Colombia) les impone límites para competir, es un negocio donde cada día tiene mas seguidores el contenido de la liga española, italiana o inglesa; que un "clásico Equidad - Fortaleza" (ni siquiera parecen nombres de equipos de fútbol) y en esos espacios sus competidores les ganan. ¿Vale la pena cazar pelea con los usuarios de tu producto y de paso destruir un intangible como la marca? ¿no tendría mas sentido acercar a sus usuarios para convertirlos en co-desarrolladores (sin costo) del contenido que pagar abogados para perseguirlos?

El desenlace previsible

La radio y la televisión han sido tradicionalmente gratuitas, de tal forma que si se pretende cobrar por ellas; la estrategia tiene que lograr diferenciación de manera significativa; vincular a los usuarios en el proceso creación de contenidos  es un camino mas acertado, menos riesgoso y costoso que restringirles el acceso y esperar que asuman un rol pasivo. Las empresas dueñas de los derechos de transmisión de fútbol, en su afán de recuperar rápidamente su inversión se están olvidando que sin audiencia son los dueños del balón pero nadie quiere jugar con ello; despertar la animadversión de los usuarios conducirá a que estos busquen la forma de seguir los partidos por otros canales.

Además, estas empresas se exponen a pagar el costo de convertirse en el nuevo blanco de los hackers de contenido, tal como sucede con Microsoft en el mundo del software;  y cuidado, por que en este país es mas importante el fútbol que el acceso a la tecnología, incluso para los hinchas de Equidad y Fortaleza.

[1] colecta de dinero, en Colombia.

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"La verdad no le veo futuro a su idea, cuando tengo un asunto con marcas se lo dejo al abogado"así se expresó uno de los socios de un startup colombiana dedicada a las aplicaciones para taxis; estábamos participando de un programa de formación de emprendedores del Founder Institute en Colombia, él como mentor y yo como “estudiante”;  mi idea estaba orientada (y lo siguen aún) a proveer servicios para gestionar de forma más eficiente los activos intangibles en las empresas; un proyecto con el cual espero avanzar más en serio este año.

Como en muchos casos que conozco; en nuestro entorno los empresarios actúan comúnmente, sobre la base de ideas pre-concebidas lo cual es una barrera para incorporar conocimiento en sus procesos y en sus negocios. Esto ciertamente es lo que sucede cuando se habla de propiedad intelectual (PI) y activos intangibles, y se considera que es un “asunto de abogados”; si bien es cierto hay algunos límites que el ejercicio de las profesiones imponen (ej: la representación ante la justicia, la firma de estados financieros, o la prescripción de medicamentos) buena parte de las actividades propias de los negocios no reconocen esos límites, muchos de los asuntos que se consideran “asunto de abogados” no lo son, como la gestión financiera no es asunto exclusivo de contadores, o la salud ocupacional, no es asunto exclusivo de médicos.

Es el caso de la gestión de activos de intangibles, lo primero sería entender que se trata de una evolución de los conceptos de propiedad intelectual; la mayoría de intangibles en una organización están definidos por la teoría en este ámbito:

  • Propiedad industrial, que comprende signos distintivos (marcas), nuevas creaciones (patentes, diseños) y variedades vegetales
  • Derecho de autor, que comprende obras artísticas y musicales, obras literarias, obras audiovisuales, software; y los derechos conexos (reproducción, interpretación, adaptación, traducción, entre otros).
  • Los secretos empresariales.

Además de lo anterior, existen otros activos como los nombres y dominios de Internet, los datos personales, sobre los cuales la trata la teoría de PI avanza en su caracterización. De forma complementaria la teoría contable ha desarrollado los conceptos de “Good Will” o Crédito Mercantil y Know How, asociados también a activos intangibles.


Lo segundo es establecer una diferencia básica; realizar trámites no es lo mismo que gestionar; y proteger un activo desde el punto de vista legal; no es lo mismo que generar valor a partir de su uso o comercialización. Veamos algunos ejemplos.

  • Una persona en el grupo Startup Colombia en Facebook,  preguntaba sobre un conflicto entre el interés de su cliente en tener exclusividad sobre un desarrollo de software y el interés de él por vender ese mismo desarrollo a otros clientes. En este caso estamos hablando de un aspecto relacionado con la estrategia, cualquiera de las dos opciones es posible; pero “exclusividad” es un factor que incrementa la propuesta de valor y en consecuencia debe ser tenido en cuenta a la hora de negociar el precio. Su cliente debe también considerar la relación costo-beneficio de dicha exclusividad; si logran ponerse de acuerdo, ahí si eventualmente se requiera un buen abogado que estructure el contrato, y los trámites de registro del software - en Colombia - pueden ser realizados: sin costo, sin intervención de abogado y totalmente en línea en la web de la Dirección de Derechos de Autor.
  • En un grupo de empresas que desarrollan un esquema asociativo, comparten intereses y hacen negocios en conjunto; varias de ellas estaban en proceso de certificación de la norma BASC y por cuenta de ello debían contar con una “cartilla de prevención de alcoholismo y sustancias PSA” (una obra literaria); cada empresa diseñó su propia cartilla, destinando tiempos de personal y otros recursos para ello, al final cada una tenía su propio desarrollo. La cartilla no tiene una especificidad, bien podría haberse contratado un solo diseño conjunto, o más fácil; haber otorgado “licencia de uso” de la cartilla de una de las empresas para todos. La asociatividad es un medio para compartir recursos y también aplica para bienes intangibles.
  • En una empresa de servicios de comercio exterior, un empleado tiene dominio de la herramienta Ms Excell© y por cuenta de ello ha podido desarrollar un conjunto de formatos que le permiten hacer su trabajo mejor y más rápido que otros empleados que realizan labores similares a la suya. Los demás colaboradores no acceden a dichos formatos, y más allá de reconocer que él es “muy bueno con el Excell” en la empresa no se conoce a ciencia cierta cuales son las  ventajas de dicho formato y  no se tiene registro del mismo. El dueño de la empresa presume que ese formato es “propiedad de la empresa, porque fue desarrollado en horas laborales”, pero el empleado alega que no fue así y que además, la empresa no le reconoce ningún incentivo por compartir el formato ni lo contrato por su habilidad con ese software. Un “simple formato” de hoja de cálculo muestra como la empresa: i) no conoce ni protege debidamente sus activos intangibles, ii) no gestiona estos activos para tener mayor productividad, iii) no incorpora elementos de la gestión de intangibles en procesos de contratación de personal, prácticas laborales o incentivos

En Colombia y otros lugares del mundo, con la implantación de las Normas Internacionales de Información Financiera, ha surgido la obligación de hacer visibles los intangibles en la realidad contable de la empresa; es un primer paso. Si se tiene un activo como un mueble o un computador el cual no se utiliza, normalmente se da de baja o se busca “ponerle oficio” para generar ingresos, ahorros, mejor ambiente de trabajo o más productividad. De igual manera se debería gestionar una librería o unas líneas de código en una empresa de software, una fotografía, un render o un boceto en una empresa de diseño; o una marca registrada en cualquier negocio.

La llamada Cuarta Revolución Industrial, es un escenario de innovación abierta donde se incrementarán las transacciones con activos intangibles; en vez de mover mercancías por el mundo en barcos y contenedores, las empresas moverán archivos digitales que podrán ser utilizados en impresoras de 3D; para hacer negocios basados en Big Data se necesitan datos (sí, es obvio); quien tenga los datos, tiene un activo valioso. En este escenario no basta con proteger la propiedad intelectual, muchos menos con creer que la gestión de intangibles es “asunto de abogados”, el reto es generar valor a partir de ellos ¿están usted y su organización preparados?.

Agradezco todos sus comentarios

JOSE RAMIRO BERTIERI QUINTERO

Ingeniero Industrial - Msc en Sociedad de la Información y el Conocimiento

 

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Escribo esta entrada al blog, a partir de una nota publicada el día de hoy en RCN Radio, donde se reseña una sentencia de la Corte Constitucional en favor de una persona que fue despedida de su empleo por utilizar el celular en la empresa, cuando en las normas de trabajo de la misma esto estaba expresamente prohibido.

Según se indica en página de la emisora, la Corte Constitucional estableció dentro de su sentencia que es necesario que cuando se apliquen este tipo de medidas, los empleados tengan la oportunidad de conocer las sanciones graduales que podrían imponerse. Mas allá de la sanción de la Corte y las consecuencias futuras que esta pueda tener en la doctrina y jurisprudencia laboral, vale la pena realizar un análisis de la forma como en nuestras empresas se interpreta el uso de la tecnología, particularmente en lo que tiene que ver con las relaciones laborales, la productividad y el día a día en el trabajo.Para ilustrar mejor el tema plantearé tres casos "tomados de la vida real".

  • En un hospital, un médico utiliza su teléfono celular para enviar vía Whatsapp a un colega una imagen - que ha tomado de la pantalla de su computador - de una radiografía. El colega que es experto, le hace notar de una pequeña fractura y el dictamen del médico cambia. Mi percepción en este caso es que los médicos hacen un uso de la tecnología que mejora la productividad y el servicio; pero que seguramente esto no está reglado por el hospital. Si bien están haciendo uso de información del paciente por fuera del sistema de información de la entidad (en condiciones no seguras); valoro positivamente que implementen "telemedicina" con base en herramientas de uso común.
  • En una empresa, un empleado comenta que publicó una hoja técnica de producto, en Facebook y que por cuenta de ello obtuvo un contacto que generó una oportunidad de negocio para exportar. La gerencia de la empresa tiene una postura conservadora y cierto grado de prejuicio respecto del uso de redes sociales, por norma están bloqueadas en computadores dentro de las instalaciones; también tiene normas de confidencialidad por las cuales esa información no debería estar en Facebook; pero, se plantea un dilema pues reconoce (por efecto de esta situación) que esas redes pueden ser medios válidos para atraer nuevos clientes.
  • En Colombia lo cajeros de los bancos tienen expresamente prohibido utilizar e inclusive tener su teléfono celular en el sitio de trabajo; esta medida mas que mejorar la productividad, obedece a al fenómeno de "fleteo". Para los no colombianos esto es: "robo a mano a armada de personas que retiran grandes sumas de dinero de bancos"; esta situación es bien particular muy seguramente no se da en muchos lugares del mundo, donde no es común que la gente maneje grandes sumas de efectivo, no hay impuestos a los movimientos bancarios, y/o se hace uso en mayor grado de tecnologías como las transferencias electrónicas.

En cada uno de estos casos se observan factores que deben ser tenidos en cuenta a la hora de plantear políticas empresariales tanto en lo laboral como en gestión de tecnología y seguridad informática.

Un hecho común en los procesos de innovación abierta es que son los usuarios de una tecnología los que le dan un uso novedoso o productivo (telemedicina por Whatsapp), restringir el acceso a la tecnología no parece en ese caso muy inteligente, pero tampoco dejarlo tan libre que pueda degenerar en problemas como la violación de confidencialidad de datos personales o fallos en seguridad de información.

Basar la definición de políticas empresariales de uso de la tecnología en el prejuicio es poco acertado; mas aún cuando se tocan aspectos de la relación laboral. Despedir a un empleado por que usa un celular en caso de una calamidad doméstica y luego pagar los costos de una demanda; o cortar de plano el acceso a Facebook en la empresa y negarse a contar con esa opción de generar nuevos clientes o posicionar marca, son ejemplos de como la definción de políticas empresariales requiere un análisis basado en tendencias, oportunidades, riesgos, contexto; no solo en visiones instrumentales o emocionales sobre la tecnología.

Desde luego, factores del entorno y la velocidad con que requiere responder a los cambios, tambíen inciden muchísimo; el delito de fleteo se hace común en Colombia por la "costumbre" que existe de mover grandes sumas de efectivo, la cual a su vez tiene una gran relacion con factores culturales y una economía informal donde el uso de efectivo es clave para muchos negocios; ni la cultura ni la estructura económica se cambian de un día para otro, y prevenir el delito pasa por implantar normas como prohibir el uso del celular a los cajeros de banco.

La definición de políticas y prácticas empresariales en relación con el uso de la tecnología, particularmente las relaciones laborales, debería obedecer a un proceso de gestión de conocimiento. Todos los días surgen nuevas tecnologías o aplicaciones de las mismas, cerrarse a su uso puede generar rezago. La rotación de personal incide mucho en esta situación, los nuevos empleados traen consigo nuevas prácticas, los empleados que se van, se llevan buena parte de lo que aprenden en la empresa y se debe prever que no se lleven información confidencial o crítica para el negocio.

Reglar el uso de la tecnología en el trabajo no es solo cuestión de "prohibir"; como en el caso citado por la emisora, no se trata de lo que es legal o ilegal; se trata en el caso de relacionales laborales de proporcionalidad y razonabilidad; cuando se trata de entender la forma como incide la tecnología en el negocio, es común que la la innovación implique "romper algunas reglas".

Queda abierto el espacio para su contribuciones y comentarios.

José Ramiro Bertieri Quintero.

Ing. Industrial - Master en Sociedad de la Información y el Conocimiento.

Twitter: @rbertieri

TERCERA VERSIÓN DEL CURSO DE FORMACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE CONSULTORES EN GESTIÓN DE INNOVACIÓN - MODALIDAD VIRTUAL

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Continuando con la anterior entrada del blog  donde se analizaron los indicadores relacionados con el pilar de InStituciones del informe del WEF, vemos como en el caso de la valoración sobre infraestructura el país obtiene calificaciones muy bajas, con algunas componentes como la calidad de las carreteras (puesto 126 de 140) y la "calidad de las vías férreas" (puesto 106/ 140) que son prácticamente inexistentes. En aspecto como la infraestructura de puertos, aeropuertos y comunicaciones se obtienen calificaciones un poco abajo de la media, y solo en aspectos como el suministro de energía (puesto 37/140) se obtiene una calificación positiva. 

En cuanto a el Ambiente Macroeconómico, la calificación promedio es razonablemente buena (5.5 / 7), en indicadores como el manejo la variación de la inflación donde el país logró el primer lugar en el mundo (con datos de 2014); las calificaciones mas bajas están relacionadas con el nivel de deuda pública (lugar 61 de 140) como la capacidad de ahorro público y privado (lugar 76 de 140). 

La valoración sobre temas relacionados con la salud se vincula a la afectación que generan enfermedades como la malaria, tuberculosis y VIH; siendo un análisis de competitividad, este reporte es bastante sesgado al no tener en cuenta aspectos como el efecto de enfermedades profesionales, enfermedades comunes, y en general la calidad del sistema de salud. En cuanto a la educación primaria - que compone un mismo pilar con la valoración sobre salud - el resultado es bastante malo, el país se ubica en el lugar 105 en cuanto a calidad y 109 en cuanto a cobertura. 

En educación media y superior, la valoración se repite; el país ocupa el lugar 102 en cuanto a calidad del sistema educativo; peor aún, ocupa el 117 en cuanto al desempeño en matemáticas y ciencias. Si bien es cierto, de nuevo se nota un sesgo al valorar la educación casi exclusivamente en función de su relación con los negocios, lo cierto es que con los indicadores que utiliza el WEF el país se ubica en lugares por debajo de la media. Caso similar sucede con los indicadores asociados al pilar de innovación, en donde se incluyen temas como la inversión en ciencia y tecnología, la calidad de las instituciones científicas, y la disponibilidad de ingenieros e investigadores.

El balance en todos los temas anteriormente mencionados es malo, pero lo peor es que este es resultado se ha venido repitiendo prácticamente igual durante las últimas cinco mediciones. Además, comparado con América Latina, el país apenas obtiene calificaciones similares a la media; lo cual se puede considerar un mal resultado si se tiene en cuenta que esta medición recoge datos de 43 países de esta región en donde por tamaño Colombia ocupa el cuarto lugar.

Aún tenemos pendiente el análisis de otros factores, lamentablemente la velocidad con que se mueve la sociedad de la información, hace que este informe que apenas se conoce hace una semana, ya sea "noticia trasnochada"; sin embargo, en el trabajo de investigadores, líderes gremiales y gubernamentales, así como en la estrategia de las empresas, hay mucho para apropiar de este tipo de estudios. 

Queda abierto el espacio para su contribuciones y comentarios.

José Ramiro Bertieri Quintero.

Ing. Industrial - Master en Sociedad de la Información

Twitter: @rbertieri

Descargue el informe del Foro Económico Mundial en este enlace

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Se ha publicado el Informe Anual de Competitividad del Foro Económico Mundial, en donde Colombia asciende 5 lugares, ubicándose en la casilla 61 entre 140 países. Este informe se construye sobre la base de un conjunto de índices agrupados en tres grupos, así:

  • Requerimientos básicos de competitividad, en donde se valoran los pilares: 1) Instituciones, 2) Infraestructura, 3) Ambiente Macroeconómico, y 4) Salud y educación básica.
  • Factores que generan eficiencia, en donde se valoran los pilares: 5) Educación Superior, 6) Eficiencia del mercado de bienes, 7) Eficiencia del mercado laboral, 8) Desarrollo del mercado financiero, 9) Adopción y desarrollo de tecnología, 10) Tamaño de mercado
  • Factores asociados a la innovación, en donde se valoran los pilares: 11) Sofisticación de las empresas o negocios, y 12) Innovación. 

Más allá del puesto en el ránking, una primera lectura hace notar ciertos factores que inciden negativamente en la competitividad del país, como parte de nuestra contribución a tener una mejor comprensión sobre estos índices y valoraciones, estaremos realizando un conjunto de entradas del blog, en donde ire analizando diferentes apartados del informe.

Iniciaremos con el análisis del primer pilar de valoración sobre el cual se construye el índice, el de las Instituciones:

  • Según el reporte, Colombia ocupa el lugar 131 entre 140, en el manejo transparente de recursos públicos. Es decir, de los 140 países, Colombia es el número 9 donde la percepción sobre desvío de recursos del estado a particulares o empresas en más alta. Tan solo se tiene una calificación superior a 9 países dentro de los que están Argentina y Brasil, ambos con sonados escándalos por este tema.

  • Así mismo, en Colombia no existe confianza en los políticos, en este punto también se ubica el país en el lugar 131 entre 140 como uno de los más bajos índices de confianza de la población en sus gobernantes.

  • También es uno de los países donde hay mayor percepción de despilfarro de recursos por parte del gobierno (puesto 100), un país con un marco regulatorio ineficaz y centrado en el poder del gobierno (puesto 126) y una relativamente baja calificación respecto de la transparencia de las decisiones de los gobernantes (puesto 86).

  • Como ya es "costumbre", las valoraciones sobre temas asociados a la violencia y el terrorismo, bajan aún más la calificación del país. Colombia se ubica en los lugares 136, 132 y 135 en la incidencia que tienen el terrorismo, la violencia y el crimen organizado

La calificación del pilar de instituciones; ubica al país en el lugar 114 entre 140.  Con un panorama. Si bien es cierto se esperaría que la finalización del conflicto con las FARC mejore en mucho la incidencia del terrorismo y parte de los factores de violencia, también lo es que la corrupción es tan flagrante y evidente que no solo se hace notoria en estas mediciones, sino que está pesando tanto o más que como la violencia en los bajos niveles de competitividad del país. 

En los últimos meses, el gobierno nacional ha puesto "todos los huevos en una canasta", la de los diálogos de La Habana; buena parte de los discursos institucionales, ya sea en el país o en el exterior hacen referencia a "la paz" como el gran reto, pero también como la "gran solución" a todos nuestros problemas.  Lo que nos muestra esta valoración del Foro Económico Mundial es que el conflicto armado es tan solo una dimensión de los problemas institucionales; en cambio la corrupción, una clase política sobre la cual la percepción del ciudadano es la peor; son problemas que están agobiando al país; tanto o mas que la guerra.

Queda abierto el espacio para su contribuciones y comentarios.

José Ramiro Bertieri Quintero.

Ing. Industrial - Master en Sociedad de la Información

Twitter: @rbertieri

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