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humanidad (1)

¿El mundo que esperamos…. o lo que esperamos del mundo?

Tal vez,  cada ciclo generacional ha traído consigo una suma constante de cambios, que han logrado lo que hoy vivimos, sin embargo, por más avanzada que parezca nuestra  época cronológica, no es más que un eslabón del futuro que pronto se avecina.

 

Cambios tan repentinos como los que vivimos actualmente, que dejan en pocos meses obsoletas las tecnologías, incluso las que apreciamos como las “más avanzadas de la historia” Casos como los vistos diariamente en las tecnologías digitales, los procesadores, los micro chips y ahora los nano chips; tecnologías que son de consumo masivo y permanente, para los cuales no se puede vislumbrar un horizonte limitante, porque el único límite existente es el ingenio y el hombre ha dado constancia que este es inagotable.

                           

Pero, estas son solo algunas de las tecnologías que nos “vislumbran” por que convivimos íntimamente con ellas; pero existen otras de las cuales si tenemos algunos referentes  pero de las cuales no existe un interés generalizado, solo reservado para “grupos de interés”  y he aquí que es un momento oportuno para esbozar algunas de ellas, solo con el ánimo de buscar un despertar, algún interés más allá de lo que cada quien domina, maneja, o sola mente como medio para levantar referentes de inquietud.

 

Los Hadrones.  No, no, no hace referencia a los místicos personajes de “Book Rogers en el siglo 25” ni a “Star Trek” en realidad hace referencia  a unas pequeñas partículas sub-atómicas formadas por Quarks que se mantienen  unidas gracias a la interacción nuclear fuerte; sé que para muchos, esto es una sopa de conceptos extraños para personas raras; pero no, he tomado estas pequeñas partículas, porque gracias a ellas, a su estudio meticuloso, la humanidad cuenta hoy con las magníficas pantallas táctiles, lo equipos de resonancia magnética, los lectores quánticos y más, mucho más de lo posible nombrar en este pequeño artículo.

 

Por ello, les contare como historia lo que leí en los anaqueles de la ciencia.

Resulto que un hombre, muy curioso, de esos científicos tercos, obstinados e incansables, que no toman caldo de lengua, para andarle soplando verdades al clero y sus dogmas, y siguiendo este relato, corría  la década de 1970 cuando dicho personaje, desarrollo “El modelo estándar de la física de las partículas”  y con ella la comunidad científica cobijo los más ambiciosos proyectos a fin de dar comprobación o descartar los postulados de la teoría propuesta; fue así como en medio de tan titánica cruzada, la humanidad emprendió la tarea más ambiciosa en busca de explicaciones científicas.

 

Para dicha hazaña, la humanidad construyo la maquina más grande que existe en el planeta, EL GRAN COLICIONADOR DE HADRONES, (27 kilómetros de circunferencia) en dicha máquina, se aceleran dos hadrones a una velocidad cercana al 99.999 % de la velocidad de la luz y en ciertos túneles en los cuales se cruzan, se hacen colisionar y se toman “fotografías” imágenes de dichos eventos, junto con un conjunto infinito de datos estadísticos de las propiedades y características.

 

Gracias a iniciativas como esta, el hombre ha podido dar explicación a los fenómenos de la naturaleza, y gracias a esa explicación se ha logrado construir la tecnología que hoy usamos y consumimos, de forma desapercibida, sin entenderla, creyendo tal vez que fue fruto de ingeniería alienígena a la inversa, o traída por extraterrestres desocupados en las galaxias vecinas, que llegaron a nuestro planeta, para preparar  una invasión masiva o tal vez para ayudarnos a destruirnos en pocos segundos, o en fin en cualquiera  de las  leyendas urbanas sobre complots de los estados y de los hombres.

 

Pero no,  en realidad  la antimateria se obtuvo en el planeta, y si  no se fabrica todavía como combustible, es porque fabricar un gramo de antimateria costaría una suma muy cercana a los 60 mil millones de dólares, y solo sacar de la atmósfera una nave impulsada por antimateria consumiría unos 10 gramos de dicho combustible. Pero si estamos cerca de comprobar la existencia de la “Partícula Divina” o “partícula de Dios” o bosón de Higgs   o mejor mente conocido como el “bosón  cero” porque no posee spin, carga eléctrica o color, lo cual lo sitúa en el numero perfecto en el campo de la física; el número “0” y que según las predicciones del modelo estándar es el responsable de dar materia a las partículas que con el interaccionan, como todas las que tienen masa y no da materia a las que no interaccionan con el cómo  es el caso del fotón.

 

Ahora, podemos reflexionar más sobre lo que sabemos de tecnología, y es que para poder llegar a este conocimiento, se desarrollaron maquinas capaces de tomar fotografías a la velocidad de la luz, imanes superconductores, un sistema de refrigeración que garantiza los -270 grados centígrados, un sistema de computadores más veloces y capaces de procesar theras de información por segundo, el interior del túnel es el sistema de vacío más absoluto de todo el sistema solar 10-13

Atmósferas de presión, el interior del anillo, soporta temperaturas tras una colisión, mayor a 100.000 veces la temperatura interna del sol.

 

En general,  podríamos seguir ajenos a estos cambios tecnológicos, hacer como los avestruces, meter la cabeza dentro de la tierra al ver el peligro, o enterarnos y evaluar las consecuencias de tan magnificas tecnologías para la supervivencia del propio hombre, no sea pues que estemos construyendo una nueva torre de Babel.

 

JAIME PAREDES VEGA

Mayo 13 de 2013

Bogotá Colombia

                

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