Hace año y medio trasladamos la vida familiar y la operación de TEAM Ingeniería de Conocimiento al municipio de Arbeláez, Cundinamarca. Desde aquí estamos trabajando en procesos de innovación con empresas de diferentes sectores y regiones del país, incluso a otros países. Es un ejercicio donde mostramos que es posible proveer servicios de diversa índole, haciendo uso de una buena conexión a Internet; algo que ahora en la pandemia se ha visto como la novedad implementada por fuerza de circunstancias, para nuestra empresa era parte de la rutina desde hace 5 años, cuando iniciamos las versiones virtuales de nuestro Curso de Formación de Consultores.
Pero, trasladar la vida a una zona rural no pretendía únicamente darle continuidad a un modo de vida y un modelo de negocio; sino que buscábamos integrarnos con el desarrollo rural y con el territorio, entender la actividad agrícola desde la práctica y no quedarnos en la teoría; es así como dedicamos parte de nuestro tiempo a cultivar, experimentar, y cuidar de nuestra finca; y claro, también de compartir nuestras experiencias en espacios como "Regreso al Campo" en Facebook y "Cronicas de Nuestro Regreso al Campo" en Youtube.
Y este Regreso al Campo se ha ido transformando en un nuevo proyecto de innovación, con el cual queremos promover que muchas otras personas encuentren en la vida y el desarrollo rural una alternativa en diferentes dimensiones:
- como una opción de vida para quienes quieran trasladarse al campo, tal como nosotros lo hicimos
- como una opción de inversión, para quienes quieran obtener beneficios económicos y al mismo tiempo apoyan el desarrollo de proyectos agro-ecológicos
- como una opción para mejorar la calidad de vida, integrándose a redes de consumo de productos y servicios agrícolas
Estas opciones las hemos sintetizado en nuestro modelo de "Aceleradora de Negocios Agro-Ecológicos" que puede consultar en este enlace https://bit.ly/agroecoacelera
Estas iniciativas que estamos desarrollando, son nuestra manera de decirle al campesinado y a las zonas rurales, que no solo agradecemos su labor sino que trabajamos para que existan mejores condiciones de vida para ellos. Hoy, atravesamos situaciones muy duras, la pandemia está golpeando a los productores que se quedan con sus cosechas sin conseguir comprador o les ofrecen precios que no compensan ni sus gastos por recoger el producto.
Si bien es cierto, la crisis económica restringió mucho el consumo, el gran mal es que dependemos de un sistema de abastecimiento alimentario en donde los intermediarios solo incrementan costo sin agregar mayor valor, pero además, manipulan el mercado; esto está poniendo en riesgo a todos, a la gente en las ciudades que no encontrará suministro de comida, a los productores que no reciben precios justos, a los trabajadores del campo que no encontrarán quién los contrate.
Este escrito, mas que un saludo típico de esos que se repiten en cada fecha y en cada año; es un llamado a todo el país; si no se apoya en serio al campesinado y a las zonas rurales; si no se implementan esquemas de comercio justo; si no se invierte de verdad en dignificar la labor campesina; el país puede enfrentarse a una crisis alimentaria peor que la pandemia que vivimos.
Qué vivan los campesinos, y quienes los apoyan de verdad!
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