SOBRE LA ACII Y SU PRIMER CONGRESO
José Ramiro Bertieri Quintero, Director Ejecutivo de la ACII
El primer programa de formación en Ingeniería Industrial en Colombia, fue fundado por el Ing. Guillermo Camacho Caro en el año de 1958 en la Universidad Industrial de Santander; estando ad portas de cumplirse 60 años de existencia, es preciso decir que la acción de construir un gremio profesional sólido que fortalezca y vele por los intereses de nuestra profesión, es quizás uno de los saldos que toda la comunidad de ingenieros industriales del país tiene aún pendiente.
A lo largo de estos casi 60 años han existido múltiples intentos de conformar organizaciones gremiales, tanto en ingeniería industrial, como sus disciplinas conexas (Calidad, Investigación de Operaciones, entre otras); lamentablemente la mayoría de estos esfuerzos han fallado en el reto de ser perdurables en el tiempo. Vale decir que hasta inicio de los años 90 el número de programas de ingeniería industrial en el país era más bien escaso; hacia el año 1991 tan solo 13 universidades contaban con programas, fundamentalmente de nivel profesional; hoy el número está en el orden de 130 instituciones que en el país que cuentan con cerca de 450 programas de formación, en los diferentes niveles del pregrado (técnico, tecnológico, profesional) y posgrado clasificados en el núcleo común de Ingeniería Industrial y afines. El número total de graduados de estos programas alcanzó en el año 2016 una cifra superior a las 15.000 personas, tres veces el número de graduados que se tenía en el año 2001 (cifras tomadas del Observatorio Laboral del Ministerio de Educación). ¡Somos numerosos, pero aún no somos comunidad!
En el año 2015 se le da vida jurídica a la Asociación Colombiana de Ingenieros Industriales ACII, luego de varias reuniones y convocatorias, de un proceso con altas y bajas en la participación y compromiso de quienes promovieron la creación de nuestra Asociación. A partir de ese hito de creación comenzó la dura labor de involucrar a más personas en este ejercicio de construcción de comunidad; una labor que valga decir asumimos unas pocas personas como un ejercicio voluntario, una labor en la que durante dos años nos hemos enfrentado al escepticismo de diferentes instituciones y personas; una labor en la todos los días alguien pregunta: ¿Yo que gano si me asocio?¿Cuales son los beneficios? Y la respuesta no puede ser otra: ¡para cosechar, es necesario sembrar primero!
Es importante entender que el sentido de pertenecer a una Asociación Profesional no se reduce la búsqueda de beneficios individuales; más aún, buena parte de los beneficios que genera una entidad como la nuestra son el resultado de externalidades positivas derivadas de la construcción de comunidad y el trabajo en red; del construir puentes entre academia – empresa – estado – sociedad; del ejercicio de reflexión crítica y ética, o de la “simple” difusión de conocimiento. Teniendo en cuenta lo anterior, y entendiendo además la necesidad de hacernos visibles, en primer lugar frente a nuestra comunidad, y acto seguido frente a todo un país que afronta un momento de coyuntura en el cual la posibilidad de terminar el conflicto armado demanda retos de trabajo, desde lo comunitario y por supuesto desde cada uno de los saberes y disciplinas; la ACII abordó la tarea de organizar su primer congreso, un reto que abordamos con la mejor convicción, un logro que hemos alcanzado gracias al apoyo de varias instituciones, empresas y especialmente de nuestros pares de Sudáfrica, el Southern African Institute for Industrial Engineering SAIIE.
La Ingeniería Industrial colombiana no es ajena a este momento de país y no puede ni debe quedarse al margen de la discusión, el debate y la propuesta. Con la realización de nuestro Primer Congreso le podemos entregar a la comunidad académica, empresarial, al gobierno y en general a toda la sociedad colombiana una muestra de proyectos, ideas y reflexiones de como la Ingeniería Industrial puede contribuir en la construcción de paz en este país que necesita aprender a vivir sin la tragedia del conflicto armado. Para la ACII es motivo de orgullo poder publicar esta obra, que esperamos sea objeto de todas las críticas; no se puede mejorar lo que no existe ¡hoy existimos como gremio de los Ingenieros Industriales en Colombia y estamos aquí para perdurar!
Comentarios