Tomado de la Revista Dinero, la versión original se puede leer en http://www.dinero.com/imprimir/221730
Con los gerentes actuales: ¿Colombia sí compite?
El consenso sobre la necesidad de incrementar la productividad en Colombia es general. La caída el año pasado de este indicador ratifica una tendencia que ya preocupa a las autoridades: según las cifras oficiales, desde 1990 hasta 2015, la variación de la competitividad ha sido cero o negativo, la mitad de los años.Por esta razón, se ve necesario una acción estatal para garantizar que el sector privado logre mejorar su productividad, pues esto es indispensable para compensar la caída de los ingresos petroleros: se necesita que otros sectores emerjan con fuerza para consolidar una nueva forma de crecimiento más balanceada.
Por esta razón, se espera que este lunes 28 de marzo, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), apruebe dos documentos: el primero sobre Ciencia Tecnología e Innovación y, el segundo, sobre Política de Desarrollo Productivo, en aras de cumplir los objetivos propuestos en el Plan de Desarrollo: lograr un crecimiento de la productividad sostenido en 1,2%, diversificar la canasta exportadora de Colombia, llevando a US$30.000 millones las exportaciones no minero energéticas y pasar de 20% a 33% la proporción de empresas innovadoras, entre otras metas.
El país ya ha avanzado en algunos aspectos: la inversión en capital físico pasó de 14% del PIB a 28%. Eso es un campo fértil para impulsar el desarrollo. Igualmente, el empleo se logró reducir, aunque en las actuales circunstancias se enfrenta el desafío de mantenerlo por debajo de un dígito.
“Eso todo se está agotando: las tasas de inversión no van a crecer mucho más y la tasa de desempleo inclusive puede que este año sea más alta”, señaló el subdirector de Planeación Nacional, Luis Fernando Mejía, quien está liderando la discusión sobre estas políticas. Así las cosas, es necesario buscar nuevas fuentes de mejoría en la competitividad. ¿Cuál es el camino propuesto?
El tema central, entonces, es la “unidad productiva”, es decir las empresas mismas.“El centro de la política será la empresa; afectando los factores como capital, trabajo y tierra. Todo ello en un entorno de encadenamientos para el comercio exterior. La unidad productiva es lo más importante; la empresa es el foco de la innovación”, explicó Mejía.
Mejorar la gerencia
Uno de los problemas central para las “unidades productivas” es la calidad de la gerencia. Mejía citó la Encuesta Mundial de Gerencia del Banco Mundial según la cual, Colombia es el país donde la percepción de qué tan buenos son los gerentes dista más de la evaluación objetiva del grupo gerencial de las empresas.
Cuando se les pregunta a los gerentes cómo califican su trabajo al frente de una empresa, se califican con una nota promedio de 3,7; sin embargo, al medirlos específicamente en temas como mercadeo, logística, inventarios o ventas, entre otros aspectos, sacan 2,5.
Eso indica que es necesario reducir cierta brecha.
El Gobierno hizo ya un piloto de escalamiento productivo con un grupo de pymes, promoviendo cambios en la acción gerencial. Los resultados ratificaron sobre el terreno, lo que se intuía: que impulsar procesos de mejoramiento en la calidad de la gerencia implican crecimiento en ventas de hasta 10% y de 16% en la la medición objetiva de los gerentes.
El primer punto clave del nuevo documento Conpes sobre Competitividad será un Programa de Escalamiento de la Productividad que implica, en una primera fase,ofrecer asistencia técnica para el mejoramiento de la gerencia, con base en el programa piloto que ya mostró resultados interesantes en 45 pymes de todo el país.
El otro frente es impulsar el aumento de uso de nuevas tecnologías en los procesos de producción. En este frente hay mucho por hacer, pues cerca de 90% de las empresas no están usando nuevas tecnologías en su producción. De hecho la cifra se vuelve más crítica cuando se mira la antigüedad de la tecnología, pues 95% de las empresas usan tecnología que lleva más de 5 años en el mercado; de otra parte, las cifras muestran que 73% de las empresas colombianas no innovan.
En este frente, lo que busca hacer el Gobierno es movilizar recursos para estos fines. Lo primero es darle un nuevo impulso a los beneficios que ya existen, como los beneficios tributarios de innovación establecidos en el Conpes 3834 de 2015.
Dentro de los beneficios vigentes, por ejemplo, están las deducciones por inversiones en innovación que implican un cupo $500.000 millones, que no ha sido utilizado plenamente: ese beneficio está vigente desde 1997 y el año en qué más fue utilizado, correspondió a 2014 cuando el cupo usado fue de $340.000 millones. Así que el Gobierno quiere acelerar el uso de tales recursos.
Los documentos Conpes también implican medidas específicas en materia de oferta laboral de tecnólogos, nuevos canales para capital semilla y de riesgo en nuevos proyectos innovadores e incentivos para el desarrollo de nuevas tecnología de frontera (avances de última generación e investigación científica pura), a partir de la articulación entre las empresas, las universidades y el sector privado. Logística, encadenamiento productivo regional y departamental, e implementación de proyectos estándar, para agilizar la asignación de recursos de regalías por $1,1 billones en innovación, forman parte del paquete de medidas.
Mejorar la competitividad es el gran reto de la economía colombiana hoy. Con la caída de los precios del crudo, quedó en evidencia que el país tiene que cultivar nuevos sectores con el fin de fortalecer su aparato productivo frente a los choques externos. Con esta política el Gobierno busca dar un timonazo en este frente. La pregunta que queda en el aire es si lo logrará.