Si entendemos que la responsabilidad social no es una práctica esporádica sino un elemento integrado de la gestión estratégica empresarial y que tiene un carácter global que afecta a la totalidad de las dimensiones que conforman la política empresarial, parece claro que los gestores y resto de interesados en la materia no pueden afrontar un reto semejante sin poseer no sólo herramientas adecuadas para su aplicación, sino, una formación orientada a la correcta aplicación de las mismas y, ante todo, a cuestiones sobre qué es, por qué es necesaria y para qué sirve la responsabilidad social.
En nuestro entorno empresarial colombiano, las prácticas de responsabilidad social no son del todo extrañas a los gestores empresariales. Esto supone una gran ventaja. La novedad consiste en gestionar la responsabilidad social de manera estratégica y global, de un modo sistemático e integrado y no como un conjunto de prácticas aisladas y esporádicas. Es precisamente para ello, para lo que los agentes responsables de la gestión y resto de interesados han de adquirir la formación necesaria que contribuya a fomentar una práctica socialmente responsable entendida desde esa perspectiva integral y global en el conjunto de las organizaciones.
Pero consultados algunos empresarios todavía existe confusión sobre este importante tema, algunos dicen que han asumido la responsabilidad social porque pagan los salarios a tiempo, otros que están haciendo algo por tapar en la ciudad los huecos que hacen sus camiones, y muchos hablan de realizar acciones encaminadas a aspectos de medio ambiente, pero ni siquiera cumplen las normas establecidas en Colombia, por tanto es importante establecer que una empresa que asume la responsabilidad social como parte de su plataforma estratégica debe superar las normas y desarrollar programas formales orientados al mejoramiento de la calidad de vida de sus grupos de interés (stakeholders).
El primer paso puede ser establecer un código de ética empresarial y que se cumplan por todas las personas de la organización, empezando pro el Gerente general; asumir el gobierno corporativo es un segundo paso y elaborar un diagnostico de necesidades de sus grupos de interés y formular programas orientados al mejoramiento de la calidad de vida es otro paso obligado, por tanto suscribir al pacto global y aplicar sus diez principios es otro paso importante y eliminar del discurso que realizar acciones filantrópicas, para tomarse la foto y aparecer en los diarios es responsabilidad social, debe ser una etapa superada que forma parte de los inicios de esta propuesta de gestión de principios de siglo pasado en el mundo.
De esta forma una aproximación a la definición de responsabilidad social empresarial es: Una forma de hacer negocios, orientado al mejoramiento de la calidad de vida de sus grupos de interés, que tiene en cuenta los efectos sociales, ambientales y económicos de la acción empresarial, integrando en ella el respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente, que las organizaciones desarrollan voluntariamente, y que sus acciones superar las normas establecidas en el país o región.
En este sentido y para concluir, la responsabilidad social en la segunda década del siglo XXI juega un papel fundamental y vital con referencia al desarrollo sostenible de la sociedad; preservando recursos ambientales y culturales para las generaciones futuras, respetando la diversidad y promoviendo la reducción de las desigualdades sociales. En consecuencia por ser una forma de gestión que se define por la relación ética de la Empresa con todos los públicos con los cuales ella se relaciona, y por el establecimiento de metas empresariales.
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