Artículo tomado de la web de la OMPI - http://www.wipo.int/sme/es/documents/value_ip_intangible_assets.htm
El Valor de la propiedad intelectual, los activos intangibles y la reputación
Por Kelvin King, socio fundador de Valuation Consulting1
El capital intelectual se reconoce como el activo más importante que poseen muchas de las empresas más grandes y poderosas del mundo; para dichas empresas, el capital intelectual es la clave de su dominio del mercado y de su rentabilidad continua. A menudo es el objetivo preponderante en las fusiones y adquisiciones y, cada vez más, las empresas informadas se están valiendo de licencias para transferir estos activos a jurisdicciones en que los impuestos son bajos.
Sin embargo, las empresas aún no toman plena conciencia de la función de los derechos de P.I. En general, las normas de contabilidad no reflejan la importancia de los derechos de P.I. y de los activos intangibles en las cuentas de una empresa y, a menudo, estos derechos son subestimados, mal administrados o explotados de manera insuficiente. A pesar de la importancia y de la complejidad de los derechos de P.I., los profesionales que se ocupan de la propiedad intelectual de una organización no suelen trabajar de forma coordinada. Para entender mejor la función de los derechos de P.I. en una empresa, habría que plantearse una serie de preguntas, como por ejemplo:
- ¿Cuáles son los derechos de P.I. usados en la empresa?
- ¿Cuál es su valor (y, por ende, el nivel de riesgo)?
- ¿Quién es su titular? (¿puedo llevar al infractor a juicio, o es mi empresa la que infringe?)
- ¿Cuál es la mejor manera de explotarlos (por ejemplo, concediendo o adquiriendo licencias de tecnología)?
- ¿En qué momento necesito cubrirme de riesgos?
Uno de los factores principales que afectan el éxito o el fracaso de una empresa es el grado en que realmente se explota su capital intelectual y se tienen en cuenta los riesgos. Obviamente, los directores de las empresas necesitan conocer el valor de los derechos de P.I. y estar al corriente de dichos riesgos por la misma razón que necesitan conocer el valor subyacente de los activos tangibles; asimismo, deben conocer el valor de todos los activos y pasivos que administran y controlan para garantizar que se mantengan los valores. La explotación de los derechos de P.I. puede cobrar muchas formas, que van de la venta total de un activo a una empresa conjunta o un acuerdo de licencia. Invariablemente, la explotación aumenta los riesgos.
En líneas generales, la valoración es una amalgama del concepto económico de valor y el concepto jurídico de propiedad. La presencia de un activo está en función de su capacidad para generar beneficios y la tasa de actualización aplicada a dichos beneficios. La regla de oro de la valoración comercial es: el valor de algo no puede determinarse en abstracto; lo único que puede determinarse es el valor de algo en un lugar, en un momento, y en unas circunstancias particulares. Soy partidario de esta idea y pienso que las preguntas “¿para quién?” y “¿para qué?” deben plantearse siempre antes de que se realice una valoración.
Esta regla reviste una importancia particular para la valoración de los derechos de P.I. En toda transacción, cada una de las partes interesadas le dará un valor al objeto de la transacción en función de sus respectivas circunstancias. De no tomar en cuenta estas circunstancias, la valoración carecerá de utilidad.
En general, para la persona que determina el valor de los activos intangibles, calcular el valor de dichos activos no representa una tarea difícil cuando éstos han sido protegidos oficialmente por marcas, patentes o derecho de autor. Lo anterior no se aplica a los activos intangibles como los conocimientos técnicos (entre los que figuran el talento, las habilidades y la preparación del personal), los sistemas y métodos de formación, los procesos técnicos, las listas de clientes, las redes de distribución, etcétera. Estos activos pueden ser igualmente valiosos pero más difíciles de identificar desde el punto de vista de los beneficios y las utilidades que generan. Por lo que respecta a muchos activos intangibles, los juristas especializados en propiedad intelectual y los contadores de la empresa deben llevar a cabo conjuntamente un análisis inicial pormenorizado y serio.
Existen cuatro conceptos principales relativos al valor, a saber, el valor estimado por el propietario, el valor de mercado, el valor razonable y el valor fiscal. A menudo, el valor estimado por el propietario determina el precio en los acuerdos negociados y suele equivaler a la idea que tiene el propietario del valor que pierde al no disponer de la propiedad. El valor de mercado es la idea de que una propiedad determinada alcanzará un precio parecido al de una propiedad comparable que ha sido tasada en cierto precio. En su esencia, el concepto del valor razonable representa el deseo de ambas partes de ser equitativas. En este concepto se reconoce que la transacción no se realiza en el mercado libre y que el vendedor y el comprador están vinculados jurídicamente. El valor fiscal es objeto de la jurisprudencia en todo el mundo desde el cambio de siglo y constituye una práctica esotérica. Existen cuasiconceptos de valor que inciden en cada uno de estos ámbitos, a saber, el valor de inversión, el valor de liquidación y el valor del fondo de comercio.
Métodos de valoración de los activos intangibles
Los métodos aceptables de valoración de los activos intangibles identificables y de la propiedad intelectual se pueden dividir en tres grandes categorías, a saber, los basados en el mercado, los basados en el costo y los basados en cálculos aproximados de beneficios económicos pasados y futuros.
En una situación ideal, un experto independiente siempre preferirá determinar un valor de mercado a la luz de transacciones de mercado comparables, lo que ya resulta bastante difícil cuando se trata de tasar activos tangibles, ya que nunca es posible encontrar una transacción que resulte realmente comparable. Cuando se tasa un elemento de propiedad intelectual, buscar una transacción de mercado equivalente es prácticamente inútil. Esto no se debe sólo a la falta de compatibilidad, sino también al hecho de que la propiedad intelectual generalmente no nace de un objetivo de venta, y muchas ventas en general constituyen tan sólo una pequeña parte de grandes transacciones y las informaciones son guardadas con gran recelo. Hay otros impedimentos que limitan la utilidad de este método, en concreto, los compradores especiales, las distintas habilidades de negociación y los efectos deformadores causados por los picos y las depresiones de los ciclos económicos. En resumen, estas son las razones por las que me opongo a las afirmaciones del tipo de “ésta es la regla de oro del sector”.
Los métodos basados en el costo, como el “costo de crear” o el “costo de sustituir” un activo determinado, parten del principio de que existe algún tipo de relación entre el costo y el valor. Poco se puede decir de este enfoque aparte de que resulta de fácil utilización. En este método no se tiene en cuenta el valor cambiante del dinero conforme pasa el tiempo ni el costo del mantenimiento.
Los métodos de valoración que se derivan de un cálculo aproximado de los beneficios económicos pasados y futuros (que también se han dado en llamar métodos de ingresos) pueden desglosarse en cuatro categorías: 1) capitalización de ganancias históricas, 2) métodos diferenciales de beneficios brutos, 3) métodos de beneficios extraordinarios y 4) el método del cálculo del ahorro en regalías.
- Con la capitalización de ganancias históricas se obtiene el valor de los derechos de P.I. al multiplicar la rentabilidad histórica mantenible del activo por un múltiplo que ha sido determinado tras calcular el vigor relativo de los derechos de P.I.. Por ejemplo, se llega a un múltiplo determinado después de evaluar una marca en función de algunos factores como la dirección, la estabilidad, la cuota del mercado, la internacionalidad, la tendencia a la rentabilidad, y el apoyo y la protección de la comercialización y la publicidad. Aunque en este proceso de capitalización se toman en cuenta ciertos factores importantes, existen grandes defectos que se relacionan, en su mayoría, con la capacidad histórica de generar ganancias. Se puede decir que este método está poco orientado hacia el futuro.
- A menudo, los métodos diferenciales de beneficios brutos se relacionan con la valoración de marcas. Mediante estos métodos se examinan las diferencias entre los precios de venta, realizando las correcciones necesarias según las diferencias entre los costos de comercialización. Es allí donde reside la diferencia entre el margen de ganancia de un producto de marca y/o patentado y un producto sin marca o genérico. Esta fórmula se usa para calcular flujos de efectivo y valores. Resulta mucho más fácil reconocer equivalentes genéricos e identificar diferencias de precios en el caso de una marca de productos a la venta que en el de una patente.
- Mediante el método de beneficios extraordinarios se examina el valor actual de los activos tangibles netos y se lo emplea como un parámetro para establecer la tasa de rentabilidad. Se lo usa para calcular las ganancias necesarias con el fin de alentar a los inversores a que inviertan en dichos activos tangibles netos. Todo beneficio obtenido además de las ganancias necesarias para alentar a los inversores se considera como un excedente atribuible a los derechos de P.I. Este método, que en teoría se apoya en los beneficios económicos futuros provenientes del uso de un activo, no se adapta fácilmente a los usos alternativos del mismo.
- Con el método del cálculo del ahorro en regalías se examina lo que el comprador podría comprar, o estaría dispuesto a pagar, por una licencia o un elemento similar del derecho de P.I. Luego, las regalías se capitalizan reflejando la relación entre riesgos y rentabilidad de la inversión en el activo.
Análisis del flujo de efectivo actualizado: este análisis difiere de los últimos tres métodos y es probablemente la técnica más holística de valoración. Las ganancias y los flujos de efectivo potenciales deben ser evaluados cuidadosamente y luego expresados en su valor actual con una o varias tasas de actualización. En este modelo matemático se tiene en cuenta el hecho de que un euro de hoy vale más que un euro del año que viene o un euro del año que le sigue. El valor del dinero en un momento determinado se calcula adaptando los beneficios futuros previstos a los valores monetarios actuales usando una tasa de actualización. Esta tasa se utiliza para calcular el valor económico e incluye la compensación de los riesgos y de las tasas de inflación previsibles.
Según el activo que examine, la persona encargada de la valoración ha de analizar el entorno operativo del activo para determinar el potencial de aumento de las ganancias. Uno de los elementos principales en la valoración es la proyección de ganancias. Se deberá evaluar el potencial en relación con la naturaleza imperecedera del activo y la posibilidad de comercializarlo, con inclusión de un examen de los gastos y un cálculo del valor residual o del valor terminal, si los hay. En este método se toman en cuenta las condiciones del mercado, el posible rendimiento y el potencial, y el valor cambiante del dinero conforme pasa el tiempo. Es ilustrativo, demuestra la existencia o inexistencia de un potencial de flujo de efectivo de la propiedad, y es muy apreciado y ampliamente utilizado en la comunidad financiera.
Una serie de modelos distintos, como el sentido común, el método acumulativo, los patrones de aumento de los dividendos y el modelo de valoración de activos de capital (Capital Asset Pricing Model), en que se utiliza un promedio ponderado del costo del capital, sirven para determinar la tasa de actualización que ha de aplicarse a los flujos de efectivo. Quizás el último modelo sea la opción óptima.
Estos procesos no surtirán efecto a menos que se logre cuantificar la vida útil restante y la tasa de depreciación mediante un proceso de valoración serio y eficaz. Con esto, a su vez, se logrará cuantificar la vida física, funcional, tecnológica, económica y legal más corta. Este proceso es necesario porque, al igual que cualquier otro activo, los derechos de P.I. presentan una mayor o menor propensión a generar beneficios económicos en función de la vida de que se trate. Por ejemplo, en el modelo de flujo de efectivo actualizado, sería incorrecto calcular flujos de efectivo para todo el período de protección por derecho de autor, que puede ser de más de 70 años, cuando se trata de tasar un programa informático de una vida económica de tan sólo uno a dos años. Sin embargo, el hecho de que la vigencia de las patentes es de 20 años puede ser muy importante a los fines de la valoración, como se observa a menudo en el sector farmacéutico con los medicamentos genéricos que, apenas entran en el mercado, atenúan una posición de monopolio cuando se interrumpe la protección. Entonces, es atinado decir que, al realizar una valoración usando un modelo de flujo de efectivo actualizado, la persona encargada de la valoración no debería realizar proyecciones a un plazo mayor del que sería lógico si se tuvieran en cuenta estas vidas de fundamental importancia.
Asimismo, cabe añadir que en muchas situaciones, tras examinar estas vidas cuidadosamente, al realizar predicciones del flujo de efectivo, a menudo no resulta creíble que la previsión vaya más allá de los cuatro o cinco años. Es esto precisamente lo que permite realizar el modelo matemático, en el que se hace intervenir, al final del período en que la previsión se vuelve inútil pero resulta claro que los flujos de efectivo no se desplomarán, un valor terminal que se calcula empleando una tasa modesta de crecimiento (en otras palabras, la inflación) de un año estable, que incluye la actualización de la previsión en función de la fecha de la valoración.
Aunque algunos de los métodos antes mencionados se emplean habitualmente en la comunidad financiera, cabe señalar que la valoración es más un arte que una ciencia, y además, supone un estudio interdisciplinario en el que entran en juego el Derecho, la economía, las finanzas, la contabilidad y las inversiones. Sería imprudente realizar cualquier tipo de valoración adoptando las así llamadas normas del sector industrial sin prestar atención al marco teórico fundamental de la valoración. Al realizar una valoración de los derechos de P.I., el contexto es sumamente importante, y la persona encargada de la valoración ha de tenerlo en cuenta para asignar un valor realista al activo.
1 Valuation Consulting es una entidad dedicada a la valoración de activos intangibles. Kelvin King es el autor de The Valuation and Exploitation of Intangible Assets (La valoración y la explotación de los activos intangibles), que fue publicado por EMIS en junio de 2003. Correo-e: kelvin@valconsulting.co.uk, sitio Web: www.valuation-consulting.co.uk.
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